Llevo ya un tiempo reflexionando sobre el tema del #autosabotaje.
¿Por qué una persona iba a escoger ponerse trabas y obstáculos para no alcanzar sus sueños?
¿Por qué nuestra mente a veces prefiere insultarnos y decirnos que no valemos nada, cuando solo nos hace sentir peor?
¿Por qué una parte de nuestro prefiere sabotearnos cuando eso nos lleva a vivencias dolorosas?
¿Qué sentido tiene, si lo lógico es evitar experiencias desagradables y buscar las sensaciones placenteras, no?
Hay muchas formas de entender el autosabotaje.
Pero hoy he recordado algunas cosas de mi infancia y adolescencia y, de repetente, he visto un patrón.
La gran mayoría de las veces, cuando era jóven, que sentía una emoción agradable intensa, mi manera de expresarla no era la "socialmente adecuada".
Desde ponerme a pegar saltos agitando las manos, hasta ponerme a 4 patas haciendo el poni y galopando con calcetines en las manos (para hacerme pezuñas)... pasando por la versión "adolescente" de loro que repite 10 veces a la misma persona que va a ser su cumpleaños porque no puede más con la excitación.
Si tu también eres autista, seguramente, entiendes de qué te estoy hablando ;)
Y si no lo eres y expresas tus emociones de una manera "atípica", también me entiendes.
La cosa es... Qué feedback he recibido, y quizá me atreveré a decir "hemos" recibido, cuando hemos expresado nuestra alegría, euforia, nuestra ilusión, excitación, entusiasmo?
Hostias en la cara. La mayoría de ellas verbales. Dolorosas. Que hunden. Que no puedes ni entender ni procesar.
¿Por qué mi alegría molesta a los demás?
¿Por qué me dicen que "me calle", que "ya está bien, ya nos hemos enterado", que "no hace falta repetirlo tanto"? ¿Que me exprese de forma "normal"? ¿Que deje de ser "tan" intensa y de llamar la atención?
No lo podía entender. Pero actuó el condicionamiento.
Excitación => comentarios desagradables. Sensación de rechazo, de no hacer las cosas bien.
Acción, consecuencia.
Sentimiento, reacción.
De ser una chica súper expresiva que compartía todos sus proyectos e ilusiones con gran alegría, he pasado a no decir nada nunca. No compartir es mejor que sentirse rechazada, para esa parte de mí, al menos. La parte adolescente mantiene calladita a la parte niña eufórica que quiere pegar saltos como loca por cualquier cosita que le emocione.
Y ójala pudiese hacerlo. Pero el condicionamiento va más allá.
Llega a la disociación o anestestia emocional de los sentimientos agradables intensos.
En mi caso, no puedo sentir alegría, ni euforía, ni ilusión, ni entusiasmo, a no ser que haga un enorme trabajo de fluir, dejarme ser, quitar todas las máscaras y barreras, identificar los bloqueos, dialogar con todas mis partes interiores... etc.
¿La relación con el autosabotaje?
En el fondo, ninguna. Simplemente, lo que creía que era un autosabotaje que me llevaba a sentir emociones desagradables y "quedarme" empalagada en ellas... en muchos casos (no todos), resulta ser la consecuencia de un aprendizaje. Una indefensión aprendida, más que un autosabotaje.
Porque me es más fácil manejar las emociones desagradables sin expresarlas (es mi zona de confort, estoy acostumbrada, sé lo que hay, no hay sorpresa, es algo que manejo ya) que manejar las agradables que me cuesta mucho más callar si me dejo llevar por ellas. Cuando era adolescente, cualquier emoción me resultaba difícil de callar, y las desagradables también me llevaban a reacciones de rechazo de lxs demás, pero era más en la intimidad, no había tanta vergüenza, culpa y sentimiento de haber metido la pata.
De hecho, me he dado cuenta de que una de mis emociones favoritas es la tristeza. Para mí es agradable, me empuja a la introspección, a la pausa, a la soledad: no tengo que expresarla a nadie, la manejo bien. (Sé que puede sonar muy raro, pero es así - odio llorar, pero la sensación de tristeza en mi cuerpo me resulta "cómoda").
Entonces, hasta qué punto es que procesamos las emociones de otra manera (que también)... o hemos tenido un condicionamiento emocional muy muy insano?
Hasta qué punto es disociación, alexitimia, autosabotaje o aprendizaje?
No te voy a aportar más respuestas, porque no lo sé. Es solo una reflexión que quería compartir contigo.
Porque a veces nuestra zona de comodidad está hecha de lo contrario de lo que se esperaría, porque los múltiples traumas que llegamos a vivir nos condicionan, y lo desagradable se convierte en lo conocido y controlable.
Se puede cambiar un condicionamiento? Por supuesto. Con paciencia. Hay que "reescribir" encima del disco duro, nuevas experiencias con un feedback distinto.
Hay que trabajar toooodos sus traumas para estar bien? Personalmente, no lo creo. Darse cuenta de los patrones, de los esquemas, proponer alternativas más sanas a nuestra mente y tratar de instaurarlas, como si cogiesemos un nuevo camino que todavía no está asfaltado, en lugar de la autopista de siempre, puede permitir hacernos llegar a un equilibrio sano. Y desde ahí, se podrá seguir indagando dentro de la caja de pándora, si hay deseo de. Sin obligación.
Yo me he propuesto simplemente permitirme sentir alegría, euforía, excitación, entusiasmo, ilusión, creer, soñar, y expresarlo.
Y ahora puedo empezar a sentir esa otra niña que estaba encerrada en un cajón de mi mente, que no para de reírse por cualquier cosa, es como un torbelino con una energía incréible, no se cansa nunca de reír e ilusionarse por todo.
Espantaría a más de unx, por su intensidad, pero ya le da igual, porque las otras partes de mí son capaces de validarla y darle amor y seguridad. Cuanto camino, y cuantas cosas se descubren cada día.
Ella es esa niña:
(Mi ataque de risa más largo duró 3 horas literal - hace años que no he vuelto a tener, por desgracia. Que dolor de tripas y de mandibula pero... que pasada!)
Te invito a buscar una foto de ti que representa a esa parte tan alegre, jovial, divertida, espontánea, y que le dejes algo de espacio en este fin de año.
Espero que esta reflexión te pueda ayudar también, no dudes en compartir tu punto de vista conmigo en comentario. Un abrazo y feliz Navidad, Olentzero, Yule, o lo que te apetezca celebrar en esos días :)
Gracias Adeline, me ha resonado mucho tu reflexión. Justo hoy me he percatado que no me permito disfrutar de las cosas materiales que me son agradables y placenteras. Te lo cuento con un ejemplo, me he comprado unas zapatillas nuevas que me encantan! Llevaba días buscando unas y cuando las he sacado de la caja, sólo me he probado una y las he dejado aparcadas, para no sentir la alegría que me inunda de haber acertado el modelo y la talla.
Felicidades por el contenido de este blog!
Un saludo
Gracias por tan acertado y completo artículo, llevo rato leyéndote y cada vez que avanzo en conocerme en esta fase de tdah, me voy identificando más y más con lo que expones aquí, mi vida desde hace años jamás ha vuelto a ser igual, y hoy le he puesto nombre a lo que me pasa gracias a Dios y a tu artículo.