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Los perversos narcisistas: ¿una leyenda?

Hoy te hablo de un tema que está muy de moda en los grupos y foros de altas capacidades / alta sensibilidad en Francia: los perversos narcisistas, también llamados "PN".


Luego entenderás por qué es un tema tan "popular"...


En el DSM V (la clasificación de los trastornos mentales) hablamos de "trastorno de la personalidad narcisista". Pero la noción de "perversión narcisista" fue sintetizada por Paul-Claude Racamier, desde un acercamiento psicoanalítico.


En resumen, la perversión narcisista consiste en defenderse del dolor provocado por las incoherencias y los conflictos internos proyectándoles afuera, en otra persona utilizada como cabeza de turco, mero "utensilio", sin el más mínimo remordimiento, incluso con cierto júbilo.

Prefiero avisarte ya del potencial "peligro" de este concepto: es muy fácil categorizar y etiquetar a cualquier persona que actúe en algún momento con "maldad", que manipule o que trate mal a una persona de forma puntual como "perverso/a narcisista"... cuando se trata más bien de algo que perdura en el tiempo, una construcción psíquica estable.


Para Racamier la perversión narcisista era más bien algo colectivo y plural. Así hablaríamos más bien de "relaciones perversas" que de una persona identificada como "perversa narcisista". Y esto es muy importante.


También es importante tener en cuenta que es una noción psicoanalítica, que el psicoanálisis es algo muy complejo de entender y que no busca diagnosticar a las personas en función de una serie de "síntomas" como lo hace el acercamiento predominante actual. Repito: este concepto no tiene validez clínica y no se usa en psiquiatría.


El concepto se puso de moda y se "popularizó", transformando mucho el concepto original de Racamier. Ahora un "perverso narcisista" es un vampiro emocional que chupa la energía del otro, que manipula y denigra a los demás, haciendo culpabilizar a otros por cosas que él hace. Es una persona egocéntrica, sin empatía, que es incapaz de hacer autocrítica o de pedir perdón, que está obsesionado con su imagen social y es muy seductor frente a un grupo de personas, pero en la intimidad se vuelve tiránico y destructivo. Su arma principal son las palabras y sabe muy bien jugar con el lenguaje para estropear el bienestar ajeno.


Ahora puedes entender mejor por qué este concepto se ha vuelto tan popular entre las personas neurodiversas, por lo menos en Francia: esos vampiros (no siempre son hombres, pero el perfil masculino es predominante en los testimonios) necesitan nutrirse de la energía de los demás para cubrir sus grietas emocionales y las heridas que no quieren ni ver. ¿Quién puede darles esta energía, jugando el papel de "presa perfecta"? Las personas muy resilientes, que van a aguantar mucho más tiempo. ¿Quién tiene mucha resiliencia en regla general? Las personas con altas capacidades y alta sensibilidad (o por lo menos que tengan características como la generosidad, la gran empatía, la capacidad de autocuestionarse, la tolerancia...)


De ahí ha nacido una especie de guerra entre "neurodiversos" y "perversos narcisista" (cabe recordar que una persona neurodiversa puede perfectamente tener un funcionamiento relacional de "perversión narcisista", no es incompatible, aunque poco frecuente).


Me metí de cabeza en esta guerra hace 10 años: estaba viviendo con una persona que cumplía todos los criterios de la "perversión narcisista" (los que vienen en los periódicos y artículos divulgativos, vamos) que me chupó toda mi energía. Acabé 3 años después sin ninguna idea de quién era yo, mirándome al espejo como si fuera un zombi y viviendo como un fantasma.


Aún así, no creo que haga falta empezar ninguna guerra. Esos mecanismos perversos me los he visto en mí también. Obviamente no es lo mismo. Pero me ayuda a no caer en el "somos los buenos y tenemos que pelear contra los malos".


La perversión narcisista es un concepto atractivo cuando nos enfrentamos a relaciones tóxicas y a personas que nos tratan de pena. Puede que te alivie: a mí me alivió muchísimo. Me di cuenta de que no era un trastorno mío, de que no era mi culpa. No es tu culpa si estás en una relación que te chupa toda tus gotas de energía. No carguemos con más culpa de lo que ya tenemos. Y esta fase de ver al otro como un monstruo, como un auténtico vampiro puede ayudar a tomar la mejor decisión para nuestra salud mental. Muchas veces la única solución es cortar la relación por completo. Pero no siempre es posible.


Darse cuenta es lo más difícil: no queremos ver que estamos jugando el papel del "objeto cabeza de turco" del otro, porque es muy doloroso.


Personalmente me he alejado de la concepción de "perverso narcisista" porque me generaba demasiada ira y me impedía llegar al perdón. Años después, lo que veo cuando analizo la situación es una relación con "juegos perversos" o una relación "tóxica". Prefiero atribuir esos adjetivos a la relación en sí, porque me parece que es más cercano a la realidad. Una persona sola no puede ser tóxica o perversa: necesita de otras personas. Volvemos a la pluralidad y a la noción colectiva de Racamier.


Mi visión es la siguiente:

Cuando hay una relación, sea la que sea (amistad, pareja, familiar, laboral...) hay juegos de poder.

Hay partes de nosotras/os que salen a defender el terreno: algunas lo hacen atacando, otras se quedan a la defensiva, otras pasan de todo y son completamente indiferentes a los demás, y otras usan la queja masiva y el "pobre de mí" como instrumento para que nadie les haga más daño. La forma de atacar puede ser verbal, física, manipulativa o cualquier otra.


Y en función de las partes dominantes que tenemos y de las partes dominantes del otro, vamos a relacionarnos de forma distinta con cada persona.

También existen esos juegos de poder entre nuestras partes interiores: muchas veces el conflicto exterior que observamos es un fiel reflejo de cómo se relacionan nuestras partes internas.


Si te sirve de ejemplo, yo tengo una parte (que ya consigo más o menos canalizar) que es muy egocéntrica, narcisista, seductora, que intenta tapar a las demás y coger el control (que hasta hace muy poco no quería ver, negaba por completo su presencia). Es una parte que veo como un semental negro, orgulloso y que pavonea todo el rato (aún así, es precioso).



Pues lo de que los demás te hacen de espejo no es una chorrada: tardé años y años en ver esta parte, reconocerla, asumirla y aceptarla poco a poco (aunque todavía la mando a la mierda cada dos por tres porque me fastidia). Años y relaciones que me devolvían esta imagen que no quería ver en mí. Es una parte que en el fondo, necesita reconocimiento y ser vista, porque se sintió humillada muchas veces cuando era joven... Es su forma de defenderse del dolor que sintió y sigue sintiendo.


A veces sale a machacar a los demás para sentirse más poderoso y para humillarles: antes se volcaba contra mis otras partes interiores y la humillación era más bien interna. Me cuesta una barbaridad darle empatía y canalizarla, pero es un trabajo necesario para ganar en coherencia interna.


Así que ya no me hace falta hablar de perversos narcisistas: muchas personas tienen una parte así, como mi semental, y a veces es la parte que tiene el mando todo el rato. No excusa lo que hacen, ni el daño que pueden provocar, obviamente. Me ayuda a entender los mecanismos en juego, y entender me permite sentir más paz - a la vez que tomar decisiones como quedarme alejada de cualquier persona que me trate mal.


También me ayuda a analizar los distintos juegos perversos que actuaban en mí interior: el semental machacaba a mi niña interior, le hacía cosas horribles y no me daba cuenta. Creo que primero hay que poner límites a estas partes que buscan el poder, para evitar esos juegos tóxicos en nosotras/os mismas/os. Eso ayudará mucho a poner límites fuera. No es fácil hacerlo sólo: yo tarde años y me llevé muchas hostias hasta entender todos esos mecanismos.


Te puedes ahorrar eso: no creo que haga falta vivir todas las peores experiencias para desarrollarse. A veces solo hace falta pedir ayuda externa (otra lección que aprendí gracias a esos "juegos perversos"). Por eso acompaño a personas neurodiversas, y te puedo acompañar a ti también, si quieres explorarte.


Tengo curiosidad por conocer tu opinión sobre todo esto, no dudes en compartir en comentarios!





P.-C. Racamier, Cortège conceptuel, Éd. Apsygée, Paris, 1993.

P.-C. Racamier, Le Génie des origines, Psychanalyse et psychoses, Paris, Payot, 1992.

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