Hoy os quiero presentar mi mejor amiga: la procrastinación.
Por si no sabéis lo que es, es básicamente cuando no le haces caso al refrán “No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy”.
Dejar todo para última hora. ¿Te suena?
Yo siempre he procrastinado con todo lo que no me apetecía realmente hacer. Los deberes del cole, estudiar asignaturas que no me gustaban, limpiar la casa, ir al supermercado, las cosas administrativas… etc.
¿Por qué hay personas que procrastinan? ¿Qué relación tiene con las Altas Capacidades?
Pues tiene mucho que ver con el Síndrome Del Impostor del que os hablé en otro post.
Cuando crees que no vas a estar a la altura, que vas a fracasar o que van a ver que realmente no eres tan competente como pensaban (recuerda que todos estos pensamientos son sólo… pensamientos) – tienes dos opciones.
- Trabajar como loco·a para dar lo mejor de tí-mismo·a, gastando toda tu energía y tu tiempo para una tarea que no requiere tanto – sólo para sentirte algo mejor (aunque sigas con estos pensamiento de fracaso futuro).
O
- Procrastinar. Procrastinar permite proteger la autoestima. Si procrastinas y haces todo a última hora corriendo y fracasas, lo podrás atribuir a tu falta de trabajo. “Normal que suspendí, si repasé solo 2 minutos antes del examen”. Duele mucho menos que decirse “suspendí porque estudié durante toda la semana pero al final aún así no fue suficiente – será que soy tonto·a”.
Por eso procrastinamos: para evitar las emociones negativas de hacer algo que no nos apetece hacer y encima evitar la atribución causal de nuestro “fracaso” a nuestra competencia propia, ya que se atribuye a la falta de esfuerzo.
Y claro, las personas cebras son muy hábiles en el arte de la procrastinación.
¡Y es que muchas veces les va bien así!
La procrastinación no tiene porque ser mala en sí.
Al contrario. Si trabajas mejor con algo de presión, procrastinando te creas esa presión y la vas gestionando para que sea justo lo que necesitas – y redactas aquel informe que tienes que entregar para mañana en 30 min en lugar de 2 horas.
Procrastinar puede hacernos más efectivos·as.
Y si en general te va bien procrastinando y tiene consecuencias más bien positivas para ti, tu trabajo, tus estudios, tus proyectos y los demás, sigue procrastinando!
Pero ten en cuenta que la gente puede llegar a sentir envidia o frustración viendo como trabajas – todo muy rápido y unas horas antes de la deadline. Y que tendrás que lidiar con eso, por desgracia, y no siempre es fácil – de hecho puede llevar al acoso escolar si los·as demás alumnos·as sienten que “no es justo”. Tu jefe·a puede no confiar en ti, tus compañeros·as tratarte mal, tus padres sentir miedo/ansiedad porque creen que así vas a tener sí o sí malos resultados - porque hay que estudiar horas y horas para aprobar (eso es como una ley de vida que no sabemos quien inventó pero que muchos·as se creen).
No dudes en explicar tu funcionamiento a los demás, que seas adolescente o adulto·a. Diles que trabajas mucho mejor de esta forma, que te ayuda a centrarte y que sino lo haces así, al final no lo haces o lo haces con la cabeza en la luna. Y si te sobra tiempo y tienes ganas, puedes proponer tu ayuda :)
¿Qué pasa cuando la procrastinación nos come?
Porque claro, hay situaciones en las que la procrastinación tiene consecuencias negativas. Tanto empujar hacia el límite hace que a veces no logramos nuestros objetivos o no actuamos a tiempo.
Y luego vivimos el fracaso con frustración, odio hacia nosotros·as mismos·as, enfado, rabia, tristeza… Y nos machacamos.
“Joder, siempre igual, por qué no has sido capaz de ponerte antes?” “Por qué eres así? No puedes hacer las cosas bien como todo el mundo?” Y otros pensamientos del estilo llegan a tu mente.
Y esa voz, en el fondo, te quiere ayudar – aunque lo haga sin ninguna empatía.
Puedes mirar lo que ocurre en ti con la Comunicación No Violenta, explorar qué parte ha sido afectada y cuál es su necesidad.
En mi caso suele haber una lucha entre la parte que tiene la necesidad de sentirse realizada haciendo algo útil e interesante y la parte que quiere ser fiable y hacer bien las cosas (la "luchadora" contra la "perfeccionista" - les he dado nombres, jejeje).
Cuando le das empatía a cada una de tus partes, ya te sientes mejor y puedes pasar a la fase siguiente: la estrategia de cambio. Porque si algo no funciona, habrá que hacer algo diferente, ¿verdad?
¿En qué situaciones la procrastinación te hace daño?
Define bien los contextos, el tipo de tareas… Para desarrollar una estrategia especifica para cada situación y aprender a motivarte (sí sí, se aprende).
¿En qué situaciones la procrastinación te hace bien?
Busca contextos en los que la procrastinación tiene consecuencias positivas para ti. ¿Qué dice eso de ti? ¿Qué conclusiones puedes sacar?
Por ejemplo, a mi me hace bien procrastinar en temas de estudios porque la presión hace que sea mucho más eficaz a la hora de estudiar. Eso significa que necesito estudiar durante intervalos de tiempo cortos. De ahí puedo desarrollar mi estrategia para el estudio (trabajar a la vez que estudio para reducir el tiempo disponible y aumentar la presión, ponerme deadlines cada semana, estudiar dos cosas a la vez, estudiar por intervalos de 20 min...etc).
Pero me hace daño en temas administrativos porque me entra mucha ansiedad con el papeleo y mi cerebro directamente se bloquea, en consecuencia me cuesta MUCHO hacer cualquier tramite administrativo.
Ahí desarrollé un especie de entrenamiento en autoinstrucciones para motivarme a hacer las cosas en el momento en el que surgen – sobre todo porque aprendí que las consecuencias, si espero, son mucho más negativas. Eso se puede trabajar muy bien con el coaching.
Cuando surge algo administrativo, me centro y me hago preguntas tipo “Qué va a ocurrir si lo dejas pasar? Cómo te vas a sentir?” para darme cuenta de la importancia de hacerlo YA. Luego pongo en marcha otras estrategias de gestión del estrés, pido ayuda o delego (normalmente necesito ayuda para ello y he aprendido a pedirla), repito los pasos en mi cabeza, si tengo que hablar con alguien me aprendo la conversación… etc.
Obviamente es solo un ejemplo, la cosa es que definas bien las situaciones y encuentres tus propias estrategias. ¡Y hay miles! Bullet Journal, modificación de conducta, mindfulness, objetivos SMART, etc. Y ve probando, que no tiene que funcionar ni a la primera ni en todas las ocasiones! No te machaques por si una vez no funciona. ¡Pide un acompañamiento!
Es algo inherente a nuestro funcionamiento – pero tampoco es el fin del mundo.
¿Y tú, cómo vives la procrastinación?
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