La vida laboral de las personas con Altas Capacidades no suele ser fácil. Puede parecer paradójico ya que se supone que tienen “más capacidades” y que entonces, deben encontrar un trabajo más fácilmente. Obviamente en psicología, ya sabemos que nada es tan sencillo.
Muchos·as conseguirán buena posición laboral y podrán desarrollar sus capacidades en un ambiente y entorno adecuado para ellos. Pero en la práctica, esas cebras bien adaptadas no consultan, con lo cual existe un sesgo.
La primera dificultad viene de la multipotencialidad, de la que hablo en otro artículo. ¿Cómo definir su carrera profesional cuando queremos hacer tantas cosas? ¿Cómo elegir cuando supone renunciar? La orientación es el primer paso complicado para muchas·os. Y los caminos equivocados muy frecuentes. Porque además de falta de programas de counseling, coaching y orientación laboral específica para las personas superdotadas, está la presión social, familiar y de los agentes educativos que pueden llevar a que la joven con AACC tome un camino que no le corresponde. En España esto puede dar lugar al abandono de los estudios ya que existen muy pocas posibilidades de pasarelas entre estudios (en Francia esto es algo más fácil – puedes cambiarte de carrera, si es en un área parecido, sin perder años).
La persona tendrá un recorrido a veces “caótico” (en apariencia) y la entrega de su CV dará lugar a comentarios del tipo “es usted muy inestable”. Esto hará que en la entrevista las personas de recursos humanos tiendan a no querer seleccionar a un·a candidato·a con este perfil por miedo a que no se quede en la empresa, a que no encaje, a formarle para que luego se vaya. ¡Y no verán más allá! Mientras que la persona intentará justificar sus cambios repentinos de orientación laboral y sus múltiples experiencias, a veces, en vano.
La segunda dificultad viene de la incompatibilidad entre la titulitis que se exige en España y las características cognitivas y emocionales de las personas con AACC. El cerebro de los superdotados tiene particularidades, y estas no siempre encajan con lo que se espera a nivel académico de los alumnos. Un razonamiento tan rápido que no puedes describir sus pasos, una imaginación desbordante, una mente crítica y lúcida que no duda en decir lo que piensa, unas preguntas demasiado complejas, demasiado constantes que perturban la clase… Todo eso hace que el entorno educativo puede dificultar el aprendizaje para esas personas y llevar, otra vez, al abandono o a la desmotivación. Aparte, en España se exigen muchos títulos, no se reconoce tanto la experiencia laboral como en otros países (en Francia si tienes años de vida laboral en un ámbito, puedes pedir su reconocimiento y homologarlos con una carrera universitaria o una FP).
¿Cómo demostrar los conocimientos que has adquirido por autoaprendizaje si sólo se considera el valor de los diplomas? ¿Cómo hacer ver que tu conocimiento y tus competencias son tan ricas o más que las de otro candidato que ha estudiado un título formal?
La tercera dificultad puede venir de las dificultades sociales y de integración que puede tener a veces la persona con AACC. Si consiguió encontrar trabajo, lo más difícil es mantenerse en este trabajo. Convivir con los compañeros·as, las jefas·os y los·as clientes cuando son a veces, tan diferentes… Es complicado. Falta de entendimiento, mala comunicación o comunicación violenta, problemas de interpretación… Trabajar en equipo puede convertirse en un infierno. En un trabajo más independiente, en el que la persona puede “ir a su bola”, puede sentirse más a gusto y con más libertad. Pero es cierto que hay personas superdotadas que prefieren el trabajo en equipo, sobre todo cuando son los líderes.
La cuarta dificultad está ligada a los valores y el sentimiento de injusticia. Además de la relación con los demás, está el tema de los valores de la empresa, del trato que tiene con sus empleadas·os, del tipo de liderazgo que se utiliza, de la orientación, de las formas de trabajar… Y de si le parece justo. Puede ser muy difícil para ella·él trabajar en una empresa con valores que no se corresponden con las suyas o que son incluso contrarias. Las empresas tradicionales suelen tener un sistema de valores y una forma de comunicar y de liderar que no encaja con la forma de ser de la persona con AACC (y en general que no hace bien a las·os empleados·as).
La quinta dificultad es el aburrimiento. Un trabajo rutinario, aburrido, que no es estimulante ni divertido, no suele ser de agrado para nadie, AACC o no. Pero el superdotado se va a cansar mucho más rápido y va a considerar algo rutinario cuando para los demás no lo es. Y esto tiene que ver con la multipotencialidad: obviamente si te gusta hacer cosas muy diversas, te aburrirás en un trabajo que tiene tareas muy específicas, aunque sean intelectualmente estimulantes. Por eso la persona buscará trabajos creativos, por proyectos o en un puesto polivalente. Necesita sentirse útil, sentir que lo que hace tiene algún sentido, que aporta y contribuye.
Seguramente habrán más dificultades, por supuesto, y no sólo para personas con AACC, sino que también para cualquier perfil atípico que no encaja con el·la “empleado·a estándar” que las empresas esperan.
No hay soluciones hechas para que las·os gifted puedan insertarse en la vida laboral sin problemas y ser felices. Pero si que te voy a dar algunas pistas de reflexión – y a la vez compartir mi experiencia personal, por si te sirve de ayuda.
- Es importante identificar los patrones que puede haber. Si una persona cambia muchas veces de trabajo, de decisiones, de proyecto profesional, es por algo. Y ese algo, suele ser una necesidad no cubierta. El problema es que si no la identificamos, vamos a seguir viendo este esquema como “algo que falla”. ¿Por qué no soy capaz de adaptarme? Y los demás te lo van a decir así. Que por qué eres tan exigente, que por qué no te basta con lo que tienes, que por qué nunca te sientes satisfecho·a…
Claro, desde fuera no entienden lo que ocurre, no entienden que no es sólo un capricho sino una necesidad vital.
Siempre he oído “eres inestable”, “no sabes lo que quieres”, "siempre cambias de trabajo", "no te vas a asentar nunca", etc. Y claro, lo dicen con razón: nunca me he quedado más de 1 año y medio en una empresa.
Empecé a pensar que tenía yo algún problema, que lo quería todo, que mis expectativas eran demasiado altas. Y hay un poco de eso, por supuesto. Pero después de una larga introspección, me di cuenta de una cosa: al principio, el trabajo, quitando algunos puestos, me gusta. Me sobre implico, estoy súper contenta y motivada, me comprometo al 100% con la empresa.
Y después de unos cuantos meses, descubro la realidad. Descubro que la empresa tiene valores opuestos a los míos. Que trata mal a sus empleadas·os, no tiene en cuenta las necesidades de nadie y tiene sólo un objetivo: ganar más y más pasta. Y esto me horripila, me da asco, me revienta. Es algo que no encaja para nada conmigo. Entonces hay veces que lo sé desde el principio y simplemente me aguanto, porque necesito ganar dinero y ya está. Y otras veces, que es cuando me decepciono más… Es cuando la empresa me “vende” algo que no es. Esto me pasó recientemente, en una empresa en la que trabajé. Valores de compañerismo, de solidaridad, de calidad, de apoyo emocional… Que poco a poco se marchitaron. Y te decepcionas, mucho, porque realmente te lo habías creído.
Y eso es un condicionamiento que es difícil de quitar, que hace que ya no confías ni en las empresas ni en las personas. Por suerte, no todas las empresas son así, aunque muy pocas tiene valores humanistas hoy en día.
No puedo aguantar la injusticia y el maltrato, no puedo aguantar que un·a jefe·a me diga de hacer cosas que van en contra de la lógica, no puedo aguantar ver a mis compis quemados·as y llorando porque no pueden más, ver que acaban en burnout y se dan de baja.
No sé cuantas veces habré dimitido, la verdad. También preciso que muchos de los trabajos eran temporales, mientras estudiaba. Aún así, decidí intentar la experiencia del emprendimiento y autoempleo para ver si esta vez, podría por fin encontrar coherencia entre mi trabajo y mis valores. Algo me ha quedado claro: si cambio tanto de trabajo, ese es uno de los motivos. Y es una necesidad que debo tener en cuenta.
No sé si es la solución, en mi caso, pero tenía que hacer algo diferente. Así que ahí viene el segundo consejo: si haciendo las cosas siempre de la misma forma, tienes los mismos resultados, es lógico. Prueba hacer algo diferente. Cuanto más pruebes, más feedback tendrás de lo que te conviene y lo que no. Tener jefas·es o no, tener compañeros·as o no, trabajar en un despacho o fuera, viajar o no viajar, vender cosas o aconsejar. ¡Vete probando!
Cuánto más te conozcas, mejor podrás definir tus objetivos profesionales. Y si definir tu carrera completa te parece absurdo e inútil, puedes definir objetivos más precisos de desarrollo profesional, que serán más fáciles de cumplir y te generarán menos expectativas. Aquí sí que te recomiendo un acompañamiento personal para definir metas a corto, medio, largo plazo o simplemente, explorar tus necesidades, valores, competencias, habilidades, talentos y formas de emplearlos.
Aceptar que hay cosas que no se pueden cambiar. En las empresas las personas con AACC intentarán cambiar lo que ven que no funciona, y puede ser una lucha sin fin y sin resultados si las personas y los que están arriba no están dispuestas a cambiar. Te vas a agotar mentalmente y emocionalmente y esto no merece la pena. Si no puedes ser tú mismo·a en la empresa, habrá que buscar soluciones que no sean cambiar la empresa en sí. Te lo digo por experiencia.
La cuestión del aburrimiento es quizá la más difícil de resolver ya que existe una rutina en la mayoría de los trabajos. Además, los primeros meses suelen ser muy interesanten por el efecto de la novedad – hay cosas que aprender. Y una vez que ya estamos cómodos·as con nuestro puesto de trabajo, llega el aburrimiento. Aquí también es cuestión de buscar soluciones innovadoras explorando tu personalidad y conociéndote mejor. ¿Compaginar varios trabajos a la vez? ¿Trabajar a tiempo parcial para dedicar más tiempo al voluntariado y otras actividades de tu interés? ¿Retarse? ¿Probar nuevas formas de hacer tu trabajo? Etc etc.
Y para el tema de las relaciones laborales, te aconsejo el aprendizaje y la práctica de la Comunicacion No Violenta (puedes ver el artículo en la parte de desarrollo personal) que es una herramienta muy potente para mejorar sus relaciones. La inteligencia emocional tampoco está demás… Ya que el manejo de las emociones es crucial en las relaciones sociales.
Recuerda que tener un perfil atípico también tiene muchas cosas positivas para la empresa:
Podrás aportar ideas nuevas, conectar campos, innovar... Podrás ser polivalente, encargarte de tareas diversas, dirigir o coordinar... Podrás aprender muy rápidamente, desarrollar competencias nuevas con facilidad... Aportar algo diferente a la empresa, algún "aire nuevo", tu energía y compromiso... Tu fuerza de voluntad, resiliencia y capacidad de trabajo ...Tu perseverancia, tu sentido de los detalles...
Me gustaría conocer tu sentimiento frente a la vida laboral, las estrategias que usas para estar bien en el trabajo y tu opinión... ¡No dudes en comentar!
Has dado en el clavo, el mejor análisis que he leído. Esplendida